Solo puedo ocuparme de mis asuntos y de ocupar mi lugar, no puedo solucionar, ni arreglar los asuntos que son de otro, tampoco puedo «ordenar» a otro, aun cuando sea una relación de amor, aun cuando sea la bondad el principal motivo. Asumir responsabilidades y tomar acción por asuntos que le corresponden a otros sin que nadie me lo pida, es dar en exceso y eso tiene consecuencias que pueden deteriorar la relación.
Las relaciones entre iguales prosperan cuando hay un equilibrio entre el dar y el tomar, también cuando reconozco y respeto el lugar del otro y sus circunstancias.
Por Bárbara Lobos – Consteladora Certificada